Retrospectiva: "Hechizo de luna" (Moonstruck, de Norman Jewison, 1988)
Una película bastante irregular que a
la vez transmite cierta nostalgia y encanto ochentero. Tal vez sus
mayores virtudes y defectos provienen de su carácter fluido, ya que la
película oscila entre la comedia romántica y de enredo, con aires de
comedia negra y drama familiar.
Probablemente las películas de
finales de los ochenta norteamericanas fueron una de las épocas doradas
para los guionistas de comedia romántica y de comedia negra, a pesar de
la escasa solidez narrativa de muchas de ellas. En todo caso, es difícil
no echar de menos este tipo de películas frente al músculo y poca
inteligencia del Hollywood actual.
Hechizo de luna no esquiva ninguno de los tópicos sobre la comunidad italoamericana de Brooklyn, y muchos de sus gags no son afortunados, pero desprende cierto clasicismo, además de un amor por el 'melting pot' neoyorquino próximo a otras comedias de esta época como las de Woody Allen. La ciudad como personaje, reflejada en sus calles, grandes edificios, comercios, taxis, puentes... nunca ha sido dramatizada mejor que en el cine de los setenta y ochenta. Al menos, de forma amable y positiva frente a la visión más despiadada del cine clásico de los 40 y 50.
Lo más destacado son los papeles femeninos interpretados pro Cher y su madre en la ficción Olympia Dukakis, ya que reflejan mejor el tono agriculce y malicioso de la película. Por el contrario, el papel interpretado por Nicolas Cage roza la caricatura, y sus excesos dramáticos y terrible interpretación abochornan. Mención especial a la primera escena de Nicolas Cage y su dramático monólogo de hombre manco atormentado. Se trata de uno de los grandes jalones en la carrera del ínclito Cage, ya de por sí fructífera en despropósitos.
"Oh, my god"
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