"El sueño va sobre el tiempo": La infancia de Iván, de Andrei Tarkovski (1962)
¿Qué decir de esta película? Aun
siendo la película más asequible de Andrei Tarkovski, sigue siendo
engañosa y difícil de abordar. Más allá de la magnífica puesta en
escena, su maravillosa fotografía en blanco y negro, y una plástica que
se mueve entre el naturalismo y el expresionismo, es difícil encontrar
asideros en ese mundo de tinieblas y sombras.
Todo en la película
son luces y sombras: juegos de luz y sombra como esos bosques sembrados
de abedules, el contraste entre el cabello rubio de Iván y la
herrumbre, una suave luz que atempera los cielos eternamente grises, o
la luz reflejada en los pozos. Gestos heroicos y hermandad entre el
barro, la chatarra y las ruinas.
¿Y qué narra "La infancia de Iván"? No estoy muy seguro, pero creo que trata precisamente eso: Iván es un niño sin infancia. Un niño obligado a sobrevivir en medio de una guerra que ha arrancado de cuajo su infancia. Y finge ser un adulto para luchar en una guerra, olvidando que es un niño. Iván es un niño que finge ser adulto y desea combatir. Solo un niño que juega con la muerte.
Sin embargo, vencido por el cansancio y el miedo, siempre irrumpe el sueño ("el sueño va sobre el tiempo/flotando como un velero" cantaba Camarón a García Lorca). Así, la historia va oscilando entre la realidad y el sueño. Es el sueño el que rescata a Iván de las sombras y lo transporta a su mundo de luz, juegos y alegría de su infancia. Solo el sueño es capaz de transfigurar la realidad de Iván, de suspender su presente, y transportarlo a ese periodo dorado de la infancia, de luz, donde la madre lo espera.
Iván es un niño que juega con la muerte porque sabe que la muerte es hermana del sueño.
"La infancia de Iván" es la búsqueda de esa luz a través de las tinieblas del horror.
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