"Sueño de invierno", de Nuri Bilge Ceylan (2014) y el Gran Teatro del Mundo

 

Confrontar esta película extraordinaria del cineasta turco Nuri Bilge Ceylan hace parecer a la mayoría del cine un juego de niños. Se trata de una película teatral en el mejor sentido, que pone en escena durante algo más de tres horas conflictos personales y dramas sociales. En parte, puede beber o recordar al cine de Ingmar Bergman, aunque con una mayor depuración de su sentido trágico, y confrontación con su contexto social.

Más allá del tema o argumento, desarrollado de forma admirable, hay que destacar la forma que en la que dramatiza los conflictos mediante el uso de  símbolos: en primer plano, el del invierno y la nieve, el periodo final del año, que pone fin a muchos eventos o acontecimientos, y que desencadena este drama. Luego el duro paisaje de la Capadocia como fondo de los duros conflictos sociales que se desarrollan: tanto las diferencias socialeso o de clase (al igual que la oscarizada 기생충 [Parasite], aunque en este caso desde la perspectiva de los más privilegiados), como en los conflictos latentes en las relaciones familiares, así como la desigual relación entre hombres y mujeres, y hasta las dudas morales y religiosas. También podemos aventurarnos en otros significados en las duras escenas de la captura y luego liberación del caballo salvaje, o en la escena de la caza del conejo. Es pues una una película que retrata las condiciones de la sociedad turca y que bebe de fuentes rusas (El cuento "La esposa" del extraordinario Chejov, pero también Dostoievski y Tosltoi) pero que tiene una clara vocación universal.



Debo insistir en el extraordinario sentido teatral de esta película, ya que muchas magníficas escenas aparecen cargadas de ese sentido teatral: personajes que entran y salen de escena después de cada conflicto; el protagonista contemplando bajo la nieve la escena a los reunidos en su casa por su esposa; el marido, como un director de escena, robándole los papeles de la esposa filántropa; mujeres que se niegan a entrar en escena; o la esposa, como directora de una obra benéfica que acaba en ruina; los tres hombres borrachos, mientras el maestro afirma que la vida es como una mala obra de teatro, etc.



Tratándose de una obra con clara significación teatral, no es de extrañar que los personajes tengan nombres parlantes: así, Aydin, el protagonista, es el hombre intelectual, que juzga y moraliza sobre todo sin tomar conciencia de su propia inmoralidad, hipocresía y corrupción personal; o Ismael, el padre que vive miserablemente, al que de forma irónica Dios ni escucha ni ampara, sino que es el propio Ismael el que destruye su propia salvación; o Hamdi, 'Alabanza' que tiene que rebajarse y humillarse para poder sacar adelante a su familia (la escena en la que intenta obligar al sobrino febril a un ritual de besamanos es cómicamente grotesca). Por desgracia, mi desconocimiento del turco o del árabe me impide seguir aventurando otras hipótesis con los caracteres o nombres de los personajes.

Sueño de invierno acaba con una carta a la esposa (no sabemos si enviada a ella o a sí mismo) y con la nieve casi sepultando el hotel y el pueblo donde se ha desarrollado la historia, mientras la cámara se va distanciando. Así, con ese telón de fondo se cierra el teatro, dejando a los personajes bajo el destino de sus propias vidas. Con sus vidas encerradas y sepultadas en sus propios destinos. Así es como acaban las grandes historias.



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