Dedos pegajosos
He aquí uno de los discos más excitantes y sexys de la historia del rock. Olvídate de que este disco forma parte de todas las enciclopedias académicas del rock (ese museo muerto donde pululan revistas como la que tomó su nombre de este grupo -¿o fue de la canción de Dylan?-), o de que cualquier político o banquero sería capaz de tatarearte el "Satisfaction" o de que Jagger, Richards y compañía pasaron de ser una máquina sexual a convertirse en un deportivo de lujo, una maldita máquina que sólo devora billetes.
Devolvamos pues al rock todo lo rebelde y liberador que tiene, expulsándolo los museos y de los anuncios de coches o refrescos, ya que en este disco hay grandes canciones y mucho, mucho groove. Es el alma corrompida de los Rolling recibiendo su arte del mismísimo diablo: incluye trips estupendos como "Sway" (rugidos calentorros para intoxicar el ambiente) o "Can't You Hear Me Knocking" (con su genial ritmo vacilón, en la que se incluyen percusiones y vientos). También incluye excelentes baladas como "Wild Horses" (emotiva balada sureña, que podría rivalizar, como excepción, con algunas de las buenas canciones de los Beatles), "I Got The Blues" (vanmorrisoniana y con hammond), la morbosa "Sister Morphine" (con un excelente desarrollo como si el mejor Dylan se topara en un antro oscuro con la Velvet), o "Moonlight Mile" (entre lo fúnebre y lo psicodélico). Además, incluye temas canónicos como "Brown Sugar" o el protopunk "Bitch". Buenos complementos son también "You Gotta Move" (un blues primitivo, como todo blues se narra más de cien años de historia de los negros: desde su esclavitud en los campos de trabajo a su liberación (con toda la dignidad, rebeldía y sexualidad vinculadas a esta gente), y la sureña "Dead Flowers". La depravada portada (Andy Warhol) es otro punto a favor de este disco.
Botín is satisfaction
Podéis oír este disco en Spotify
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