Quiero hablaros de un disco: el tercero que grabó Scott Walker en solitario, tras sus aventuras en los Walker Brothers. Oí hablar de él como muchos de vosotros por los elogios de muchos artistas ingleses en los ochenta y a comienzos de los noventa, de gente como Marc Almond, Julian Cope (Teardrop Explodes), Jarvis Cocker (de Pulp) o Neil Hannon (The Divine Comedy) , que intentaron dotar a la música pop de un sentido de mayor teatralidad. Luego oí a un Scott Walker ya mayor, aunque recuperado para los críticos con su disco Tilt , en una canción para la película Toxic Affair , en colaboración con Goran Bregovic. Así que cuando me hice con su tercer disco, grabado en 1969, confiaba en que iría llenando mi tiempo con su voz de crooner, su orquestación elegante, casi cinematográfica, sus querencias por Jacques Brel, y con sus canciones pop que hablaban de amantes, del dulce sabor de los besos en verano, de ciudades luminosas, que invitaban a cambiar mis discos de The Divine Comedy por unos
Comentarios
Un saludo desde París. Enhorabuena, Kiriakov.
Ya deberíamos dejar de buscar verdades en este mundo de fábula y comenzar a inventar algo de realidad.
Un saludo desde París. Enhorabuena, Kiriakov.
8:24 PM