Literatura y exilio: Roberto Bolaño
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Arturo Belano: un personaje creado por su autor convertido en el autor de su personaje: Roberto Bolaño.
Un personaje salido del mundo
Un personaje con una sombra que deambulaba por el mundo: la de un escritor nacido en Chile en 1953 y muerto en 2003, escrito por su autor: Arturo Belano
la obra de Belano:
Un personaje desertado de la novela del mundo y del nuestro se pone a escribir. Del otro lado, la ficción: una clave para acceder al mundo todas las mañanas, unos códigos con la que explicamos a los demás quiénes son y que nos explican cómo somos, y cuál es nuestro papel, un cursillo de un mes para mecanografiar nuestra vida real, y un sillón cómodo para asistir con nuestro mando a distancia a la suspensión de la vida, para asistir a la coronación de nuestra vida, al simulacro de deseos, identidades y conflictos que eludan lo terrorífico: el ser personajes de un narrador, que tal vez sea un escritor de malos relatos que compitan en certámenes de pueblos, o un guionista de teleseries de una temporada.
La mejor manera de comprender el mundo es inventarlo. E inventar un mundo es desertar de otro tal vez más seguro, más cómodo pero del que ya nos hemos cansado de aceptarlo. Puede ser doloroso romper los lazos que nos unen a la vida real. Inventar un lenguaje es como querer poner un techo donde cobijarnos del exterior con la madera de nuestro suelo. Es en ese ejercicio de riesgo, donde la mayoría de escritores claudican. Hay quienes se aproximan un poco más a lo que parece ir más allá y terminan escarmentados, y hay otros que intentan traspasar los límites y lo pagan, según el temperamento, con la locura, con el suicidio o con el silencio. La literatura como área de peligro, como diría Belano, el creador de Bolaño.
EL personaje de Roberto Bolaño. Un personaje que ha vivido varios exilios. El físico, que le llevó a huir de la Chile de Pinochet y vivir en ciudades como México D.F., Barcelona y Blanes. En Chile vivió la realidad que le tocó a ese país con la Dictadura: torturas, asesinatos, desapariciones... de amigos, conocidos y desconocidos. Fue entonces cuando Bolaño salió del país.
A Bolaño cuentan que se le vio entonces por México D.F. , aunque esto no pudo haber sido verdad. Tal vez fue una fabulación de alguien que lo confundió con otro muy parecido o tal vez fue el fantasma de Bolaño el que vio. En realidad, Bolaño se exilió mucho más lejos. Se exilió del lenguaje como el que se exilia de un hogar roto. Y se adentró en la literatura, la literatura como refugio y como exilio. Como exilio del mundo de las dictaduras y del mundo de la mala literatura, que no es sólo la que escriben los malos poetas, sino la del discurso de los políticos, de los medios de comunicación, de la publicidad, de los humoristas de programas baratos de televisión, de los tertulianos. Del mundo como teatro de la vida al mundo como supermercado con tarjeta de descuento. Mientras los políticos dictan leyes, los poetas inventan. Inventar un lenguaje para no tener que reconciliarse con el mundo.
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